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MISTERIO DE LA INMACULADA
José Luis (Dimas) Antuña
Gadea
Poema
publicado en la revista
Número
(Julio 1931) Nº 18 y 19, página 461
– La luz es anterior al sol: el
agua,
la grande amargura
de las muchas aguas
es anterior
al sol.
La hierba verde es anterior al sol,
el sol es un
juguete: Dios lo puso el dÃa cuarto
en el
expandimiento del cielo que habÃa hecho.
Venid, hijos, oÃdme:
os diré cosas que existen desde el
principio,
os diré las grandes cosas que Dios
puso en mi alma.
Las criaturas me conocen desde antes de
la CaÃda:
conmigo está el Hosanna de la
criaturas
y aquella luz que Eva apagó en el
paraÃso.
¡Ay del sol sin la luz! ¡Ay del peso
del dÃa
sin el peso de la congregación de las
aguas
que Dios llamó por mi nombre2!
La luna es un testigo fiel en el cielo:
criatura de testimonio que preside la
noche:
Pero no es la luna sino un rayo de
tiniebla
lo que rige la noche y la ilumina.
Venid, hijos, oÃdme:
conmigo está la
fuente de la vida
conmigo está la
luz que es anterior al sol.
Clamáis a mÃ: clamo a vosotros,
desterrados!
Hijos de Eva,
caminad conmigo
en la luz de la
Inmaculada.
De dÃa el sol no os hará daño
Ni la luna de noche:
Vuestro dÃa será puro
Y vuestra noche obscura.
¿Hasta cuándo os engañará el
sentido?
¡Andáis buscando
afuera con los ojos
lo que habéis
despreciado en vuestras almas!
– Dejemos la luz sensible
Por la oscuridad que enseña:
Entremos al paraÃso
en espÃritu y en
verdad:
Como espada es el soplo de Dios que
hiere a Egipto
para libertar a
sus hijos:
Para guardar en el alma el paraÃso
espada de dos
filos la Virgen y el EspÃritu.
Dimas Antuña
1
En la misma página 46 se publica un artÃculo titulado “Por las
cosas visibles” firmado con las iniciales R.M.E que la
investigadora Alejandra Niño Amieva identificó como pertenecientes
a Rodolfo MartÃnez Espinosa, un buen amigo de Dimas Antuña y de
Juan Antonio Spotorno. Rodolfo MartÃnez Espinosa, me informa la
misma investigadora, colaboró junto con Dimas Antuña en la revista
ARX del Instituto Santo Tomás de Aquino, Córdoba, Argentina. En
“Por las cosas visibles” R. MartÃnez Espinosa hace un análisis
del peligro espiritual que representa el cine, que comienza a
difundirse en esos años, por el desorden en la mirada debida a la
“concupiscencia de los ojos”. El séptimo arte es, para este
autor, un intento del demonio, de antemano condenado al fracaso para
distraer el hombre de lo interior. El mismo argumento espiritual,
pero en positivo, plantea el poema de Dimas Antuña.
2
Nota de lectura del P. Horacio Bojorge: MarÃa en hebreo se
dice: Miryam, compuesto de mir-yam donde yam significa “mar”.
Dimas Antuña considera que Dios llamó yam, mar, a las aguas de
debajo del firmamento a causa del nombre de MarÃa preexistente en
sus designios = Mir-yam.